SEMANA DEHONIANA EN CARACAS

Rasgos Fundamentales de la Espiritualidad Dehoniana

Dentro de poco, (la semana en torno al 14 de marzo) las parroquias en Venezuela, dirigidas por los padres dehonianos (Caracas, Mariara, Valencia, Puerto Cabello, Tinaquillo y San Carlos) celebrarán, Dios mediante, la Semana Dehoniana; oportunidad privilegiada por el aniversario del natalicio del fundador de los Sacerdotes del Corazón de Jesús, P. León Dehon, para dar a conocer la obra de este protagonista de la historia eclesial moderna.

Habitualmente (al menos en Caracas), la atención de los organizadores se centra en los rasgos biográficos de este sacerdote francés que nació el 14 de marzo de 1843, y que empeñó su mente y su corazón en vivir y enseñar a vivir la oblación a Dios de la propia existencia como lo hizo Cristo Jesús según la carta a los Hebreos: “Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: ‘Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije: Aquí estoy yo, oh Dios, como en un capítulo del libro está escrito de mí, para hacer tu voluntad”. (Hb. 10, 5-7) Y es precisamente en este esforzado empeño del P. Dehon en donde, a consideración de quien estas líneas escribe, debería centrarse la atención de la Semana Dehoniana: descubrir a los cristianos contemporáneos el aporte del Carisma Dehoniano a la praxis de la Espiritualidad Cristiana.

El P. Dehon encontró en el Corazón de Cristo, consumido en fuego de amor por el Padre y por los hombres, el sentido de este acto de oblación que él eligió e invita a elegir como estilo de vida cristiana. Oblación que quiere ser reparadora de la infidelidad de la humanidad entera al amor del Padre revelado a lo largo de la Historia de la Salvación. El agravio inflingido al amor de Dios por la desobediencia de los hombres al proyecto divino de Salvación sólo puede ser reparado no con “sacrificios exteriores” al corazón humano sino (a imitación del Corazón de Jesús “paciente y humilde” según Mt. 11, 29) con una inclinación absoluta del mismo a realizar en la propia existencia la voluntad del Padre: “No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo.” (Mt. 7, 21). Este es el rasgo más distintivo de la Espiritualidad Dehoniana; otros, son consecuencia de él: * la devoción a la Eucaristía (manifestada en la celebración y adoración eucarística diarias) en cuanto que Sacramento de la entrega gratuita (oblación), por amor, del Hijo al Padre y a los hombres condensada insuperablemente en los textos eucológicos: “Por eso, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo. Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad” (Plegaria Eucarística III).

* La vida en fraternidad es expresión genuina del Amor y mandato de Aquel que desborda de amor: “Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado.” (Jn. 15, 9-12) Este es el aporte de la Espiritualidad Dehoniana a la praxis Cristiana y que conserva plena vigencia hoy. Lo quiere destacar la frase que iluminará y animará estos días de celebración de toda la Familia Dehoniana

(Carlos Dos Reis, en nombre de los grupos: Religiosos y Laicos Dehonianos, Equipo de Pastoral Vocacional Juvenil y Agrupación Amigos de Cristo): “El Amor de Cristo nos apremia”.