PROFESIÓN PERPETUA DE MANUEL TORRES Y JOSÉ MANUEL FERREIRA.

TOMA MI CORAZÓN, ES TUYO.
(PROFESIÓN PERPETUA DE LOS HERMANOS
MANUEL ALEJANDRO TORRES Y JOSÉ MANUEL DE J. FERREIRA)



El 14 de Marzo de 2009, fiesta del natalicio del P. Dehon, los religiosos Manuel A. Torres y José M. Ferreira, emitieron sus votos perpetuos delante del superior Regional, P. Jesús C. García, scj y delante de los padres y hermanos de la Congregación SCJ, en senda celebración en la Parroquia “San Miguel Arcángel” de Caracas.
El hermano Manuel Alejandro Torres, proviene de los llanos cojedeños, específicamente de la ciudad de Tinaquillo..

El hermano José Manuel Ferreira, de padres lusitanos, es oriundo de la ciudad capital de Caracas.
Ambos hicieron estudios en el instituto de teología para religiosos (ITER). Ambos, desde hace ya 8 años y 9 años respectivamente, comenzaron su caminar, respondiendo a Dios según el estilo de vida de la familia dehoniana. Manuel y José Manuel, provenientes de parroquias SCJ, han hecho de su vida bautismal, una respuesta más focalizada en el amor del Corazón de Jesús en sus vidas e intentando, como dicen las Constituciones, vivir como el P. Dehon, de la experiencia del “Amor de Cristo Jesús que se entregó por nosotros”.



El P. Jesús García, regional scj en Venezuela, en la homilía, les recalcaba a los fieles, la lectura de Is. 55, 6-11 en la cual habla: “Mis planes no son sus planes; mis caminos no son sus caminos…” para expresar que a pesar de los deseos del hombre por construir su vida, Dios va torciendo con amor nuestra historia hasta conducirla en un diálogo de amor para que del propio hombre surja una respuesta según su corazón, y estos dos jóvenes, han dado una respuesta generosa de sus vidas, la cual de seguro, no quedará sin recompensa.



Una segunda idea que resaltó es la presente en S. Pablo en su carta a los Filipenses 3, 10-14. En ella Pablo se olvida de “lo que queda atrás y se lanza irremisiblemente hacia adelante, hacia la meta, hacia el premio” que es precisamente la elección hecha sobre ellos – y él, Pablo – sabiendo que la corona de gloria está allá arriba en el cielo.


Por último, los animó a no perder de vista esas indicaciones programáticas de las bienaventuranzas toda vez que la confianza esté radicada en Cristo; perder el mundo por él, es ganarlo como la más firme recompensa por la entrega que hacemos de nuestras vidas.


Formulados los votos perpetuos y siendo recibidos por la Congregación SCJ, sus palabras quedan inscritas en el libro de la Vida religiosa:

“Uniéndome a su oblación, acepto ser otro Cristo, que presente en nuestra historia, me compromete sin reservas para la llegada de la Nueva Humanidad”.



La celebración estuvo seguida de un ágape parroquial.


La gente se volcó en alegría para recibir a los neo profesos perpetuos quienes minutos antes, con mucha emoción, formularon su deseo de entregarse para toda la vida, viviendo en castidad, pobreza y obediencia al estilo de la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús para configurarlo más al “descalzo de Nazaret”.
Manuel Alejandro y José Manuel pasan a engrosar las filas de la gran familia dehoniana venezolana, compuesta por sacerdotes españoles, dedicados y entregados por más de 56 años a las parroquias y a la promoción humana y cristiana de los pueblos y comunidades allí donde los SCJ han echado raíces.



Es de recalcar que desde su salida de la formación inicial, Manuel Alejandro Torres fue destinado a la comunidad SCJ de San Carlos en el estado Cojedes. Allí realiza trabajos conjuntos en la parroquia, al igual que poco a poco va logrando internarse en el campo pastoral de la educación, en la Escuela Técnica Industrial “Padre Dehon”.



José Manuel Ferreira igualmente, fue destinado después de terminar su educación inicial, a la comunidad SCJ de Mariara, Estado Carabobo. Desde allí ayuda en la economía de la casa, así como algunos trabajos pastorales con jóvenes en la primigenia parroquia de “Ntra. Sra. Del Carmen” en el centro de la ciudad.

¡Animo ambos Manueles! Como dicen los llaneros: “Pa´lante es pa´llá”; el camino es duro y difícil pero no faltarán manos en el camino y fuerzas sobradas de aquél que con sus manos callosas, sostuvo y cargó la cruz por todos nosotros…




¡Ánimo porque Dios que les confió este don, no dejará que disminuyan sus fuerzas porque él ayuda a cargar eso que muchas veces se nos hace cuesta arriba.